Me encanta cuando me despierto por las mañanas y me acuerdo de lo que he soñado pero, me gusta todavía más soñar despierta. Esta sensación es una de las mejores que conozco, tienes la capacidad de imaginar lo que quieras y que la acción se desarrolle como te gustaría que ocurriera en la realidad. Ahí está el problema de los sueños, casi sin querer lo hemos encontrado: la realidad. Hace poco acudí a una conferencia en la que un hombre estadounidense nos relataba su historia y cómo había sido capaz de cumplir sus sueños, según él debíamos soñar en grande, era lo más importante y, luego, dedicarnos al 100% a ese sueño, pero, ¿qué pasa cuando un sueño es demasiado grande? Esta es una cuestión que es necesario plantearse porque es muy importante que sepamos diferenciar entre los sueños y la realidad. No os confundáis por favor, yo soy una soñadora compulsiva, la mayor parte del día la paso soñando y, no digo que sea malo ni que haya que dejar de hacerlo para centrarnos solamente en la realidad, no quiero ofender a nadie pero, para mí, la gente que no sueña no es feliz.
Volviendo al tema de la conferencia, estoy muy de acuerdo en que, puestos a soñar, deberíamos hacerlo a lo grande, pero debemos ser conscientes de lo que somos capaces de hacer y nuestras limitaciones. Para conocerlas es necesario probarlas, intentar y fracasar. Os pongo un ejemplo tan cercano como sencillo: yo. Estoy aquí en mi habitación escribiendo y dedicándole tiempo a este Blog mientras escribo también una novela. Mi sueño es ser escritora, no precisamente de novelas, puede que escribiendo columnas de opinión o artículos de información, lo que quiero es escribir. Es mi sueño, sé que es un sueño grande porque me gustaría ser reconocida dentro de este mundo, que no es lo mismo que la fama, no confundir términos. ¿Cuántas posibilidades creéis que tengo? Sé que muy pocas, soy consciente de lo difícil que resulta este mundo y sé que, probablemente, ni siquiera escribo bien, pero es mi sueño y voy a dedicarme a perseguirlo con todo lo que pueda.
Con este post quería deciros que la vida se trata de sueños, de perseguirlos y luchar por ellos, es normal tener miedo al principio, pero nunca hay que abandonar. Repito de nuevo la parte de la realidad porque en todos nuestros sueños va a estar presente, mas no debemos dejar que nos robe la ilusión y nos sumerja al mundo de esa gente que vive en la amargura porque no tiene esa esperanza que nos aportan los sueños y, sobretodo los escritores, tenemos por suerte la capacidad de mantenernos alejados de ese mundo gracias a nuestras historias y habilidad para transmitir con las palabras.
Quiero terminar este artículo con una frase, con la cual me siento identificada, de la escritora estadounidense Anais Nin: "Los sueños son necesarios para la vida".
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