Entrada destacada

52 retos de escritura de Literup

sábado, 19 de agosto de 2017

Reto 4. Cuando el amor llama a tu puerta

4. Escribe una historia en la que salves la situación con un mayúsculo deus ex machina.

Cinco minutos, ese era el tiempo que tenía para decidir si dejaba plantada a mi novia en el altar o seguía adelante con la boda. Dos días antes recibí una llamada de mi ex, Mónica, citándome para tomar un café. Ella es el amor de mi vida, lo supe desde nuestro primer beso y los dos años que estuvimos juntos me lo dejaron todavía más claro, pero la distancia que se interpuso entre nosotros debido a su nuevo trabajo en Varsovia hizo que nos distanciáramos y terminásemos con la relación. Tras ello conocí a Cristina, mi supuesta futura mujer, llevábamos cinco años juntos, sin embargo, nunca conseguí olvidar a Mónica, aunque tampoco pensé que podría volver a aparecer en mi vida y, mucho menos, lo que pasó tomando aquel café, "te quiero Diego, lo he intentado pero no ha habido manera alguna de sacarte de mi cabeza y todavía menos de mi corazón. Sé que soy una egoísta, no tengo derecho a venir aquí y pedir que dejes tu vida para volver conmigo cuando estás a punto de dar el sí quiero, pero al enterarme de tu boda algo se removió en mi interior y sentí el impulso de ir a buscarte para soltarte todo esto. Podemos ser felices, he conseguido trabajo aquí y sabes que estamos hechos para estar juntos. Solo me queda pedirte perdón, lo siento por volver así y poner tu vida patas arriba de nuevo ahora que habías conseguido la estabilidad. A la hora de tu boda estaré sentada esperándote en aquel banco donde todo empezó. Tú decides". Estaba recordando aquellas palabras cuando apareció mi madre para acompañarme al altar y esperar a mi novia. La decisión estaba tomada, no me quería casar, quería estar con Mónica, pero no podía dejar a Cristina plantada así después de todo estos años, me casaría y perdería la oportunidad con Mónica.
Comenzó a sonar la marcha nupcial y Cristina apareció en la iglesia con un impresionante vestido blanco y el pelo recogido en una trenza que le caía por el hombro derecho, estaba guapísima. El fotógrafo que habíamos contratado se puso delante y me impidió ver a mi novia, comencé a imaginarme a Mónica con ese mismo vestido viniendo hacia mí con una sonrisa, preparada para comprometerse conmigo. Absorto en mis pensamientos, me condujo de vuelta a la realidad un estruendo procedente de una caída apenas a dos metros de mí. No podía creer lo que había ocurrido. Al fotógrafo, se le cayó el trípode justo cuando pasó Cristina y esta se enredó con su largo vestido al intentar no pisar el objeto, con tan mala suerte de caer y golpearse con la cabeza en el altar. Estaba sangrando por la herida en la cabeza y también se quejaba del tobillo, parecía que se lo había torcido. Rápidamente llamé a una ambulancia y le prometí que dentro de poco estaría allí con ella, pero antes tenía que hacer algo pendiente. Salí corriendo de la iglesia sintiéndome la peor persona del mundo, aunque me invadía una gran felicidad por la suerte de recuperar al amor de mi vida.

1 comentario:

  1. Gran relato, has introducido el deus ex machina de una manera distinta a lo que suele hacer la gente. ¡Enhorabuena!

    ResponderEliminar